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TESOROS MALDITOS

LA MUJER DESNUDA

Hoy hablaremos de los usos supersticiosos en la búsqueda de tesoros. La práctica de la exploración en sí tiene algunos agregados que mucho tienen que ver con la superstición.

Se cree que algunos entierros están custodiados por espíritus de hombres que murieron o fueron asesinados en el lugar mismo donde se guardaron los caudales con el fin de que se convirtieran en guardianes de esos dineros. Ellos tienen como misión impuesta, el espantar del lugar a los exploradores para que no se lleven el tesoro. Pero hay otros que se cree están cuidados por un demonio, no el espíritu de un muerto, sino por un mismo diablo y hay que enfrentarlo con recursos varios.

Pues bien, de Sudamérica, nos llega una colaboración; comentarios de una práctica que se da de Colombia a Argentina. El recurso del que hoy hablaremos es: La mujer desnuda.

Cuando hay un mal espíritu posesionado de un sitio con un tesoro, hay que contratar una mujer para que acompañe en su aventura a los exploradores. ¿Cuál será su trabajo? Al llegar al sitio indicado, deberá desnudarse por completo y esperar a unos metros de la excavación.

Cuando el pozo ya empezó a abrirse a golpe de pala y talache, la joven caerá al suelo y empezará a sacudirse como presa de un ataque de epilepsia; no, más bien, hace movimientos de pelvis como si estuviera siendo atacada sexualmente.

Si..., si está teniendo sexo con el espíritu guardián del tesoro quien tras el ayuno carnal de siglos, se excitará con la presencia de la mujer desnuda y dejará en paz a los exploradores por ocuparse de algo más urgente: Poseer a la mujer.

Los hombres tomarán el tesoro y se irán llevándose a la mujer que no supo ni qué fue lo que le sucedió con quién, o con qué cosa.

Pero esta práctica tiene un grave inconveniente: La mujer desnuda fue ofrendada, fue ofrecida en sacrificio a un mal espíritu y ya no la dejará en paz por el resto de su vida. La seguirá violando a donde quiera que se vaya y, muchas de ellas, para afrontar tan traumática experiencia, se refugian en las drogas y su vida ya no será normal; muchas veces, acaban en suicidio. Caro pagaron el haberse ofrecido a hacer aquel trabajo a cambio de unas cuantas monedas de oro o plata.

Los buscadores de tesoros ya saben a qué peligros están exponiendo la vida de una mujer; pero cuando no lo sabían, no faltó quien se llevara para tal aventura a su propia esposa o una hija. Caro pagaron su ignorancia.

A Norestense.com nos llegan opiniones y comentarios de diversos países de habla hispana dada la amplia aceptación que este espacio ha conquistado en el mundo. Hoy damos las más cumplidas gracias a nuestros lectores sudamericanos por esta valiosa colaboración.

¡Saludos, Argentina!

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