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EL NO PODER EN LOS DICHOS POPULARES

Tántos dichos que hay para recordarle al hombre su impotencia ante muchas situaciones de la vida. Si alguien presume que ha de comprar algo para lo que el dinero que no le alcanza, no ha de faltar quien le recuerde: “Pos´ con qué chiflas desmolao’...” Pero el ingenio ha inventado mil refranes para la impotencia y el mismo hombre se chotea con todo aquello que no podrá nunca alcanzar. Así, cuando se acerca muy próximo a una bella e inalcanzable mujer, suspira profundo y sólo se consuela con aquello que dice: “Ya mero la besa un pobre; nomás la pared divide...” o aquello de que “El amor del hombre pobre, es como el del gallo enano; que en querer y no alcanzar, se la pasa todo el año”

Más ingeniosos dichos brotan cuando la bella pasa de largo sin siquiera mirar a su rendido pero ignorado admirador. Este la mira perderse en la distancia y se consuela en el dicho: “¡Ay, mamá... qué pan tan duro! ¡Y yo que ni dientes tengo...!” Algunas veces, admira sus formas femeninas y repasando toda su graciosa anatomía le lanza un piropo donde va implícito su no poder... “¡Ay mamacita...! ¡Cuántas curvas y yo sin frenos...!”

Yo recuerdo con mucho cariño el dicho de mi tierra norteña, Parras de La Fuenta, Coahuila de zaragoza, -¡Qué bello nombre!- cuando el borrachín del pueblo le lanzaba un piropo o una proposición a la bella que encontraba por la plaza. “Madre: ¡por usted soy capaz hasta de bañarme y cortarme el pelo...!” Como era ignorado, se consolaba con otro dicho de la tierra: “No hubo tiro... Voló el pato.... ¡Pero era gallaruza...!”

Y cuando usted se avienta a querer enfrentar algo que realmente no puede, no faltará quien en forma festiva, en broma y sin el ánimo de ofenderlo, le diga para hacerlo ver su realidad: “Tú con qué ojos, divina tuerta..."

Y usted... ¿recuerda los piropos más usuales cuando era joven, cuando estaba en edad de merecer y andaba placeando a ver con quién pegaba su chicle?

Dichos del pueblo que han pasado al desuso. Muestras del ingenio y humor popular que nos enseña el lado festivo del mexicano de todos los rincones de nuestra patria, hermosa, morenita, y luminosa.

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