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CUANDO VAYAS POR LA LECHE...

Este refrán se lo aprendí a un buen amigo mío -Baruch Vázquez Aguilera-, anahuaquense en el exilio, y hermano del finado Samuel, el panadero que tenía su expendio de pan “El Porvenir” frente a la iglesia, quien para empezar la jornada diaria se iba a las cinco de la mañana a tomar una copa de tequila, y decía: _ “Soy como los carros viejos, necesito un gallito pa´poder arrancar”

El refrán: "Cuando tú vayas por la leche, yo ya vengo con los quesos..." denota la experiencia de quien ya tiene el camino andado, y no puede sorprenderse o ser engañado por alguien de la nueva generación porque “pa' uno que madruga, hay otro que no se acuesta; porque “cuando tú vas, yo ya vengo...”

Son dichos que muestran la agudeza de las personas mayores; de aquellos que ya saben el camino porque lo tienen muy andado. La experiencia muchas veces choca con el conocimiento adquirido en la escuela ya que la vida misma es la mejor escuela; sobre todo, cuando los menores se sienten más preparados que los mayores y no se dan cuenta que es la práctica y no el conocimiento, la que hace al maestro.

En un momento dado, con todos estos refranes los mayores paran en seco las mentiras de los hijos que tratan de disimular el olor a tabaco, el aliento alcohólico; o a las muchachas, que tratan de ocultar que tienen un pretendiente.

El papá, riéndose por dentro, nomás los ve con mirada de inquisidor, les muestra todas las pistas que dejan de su paso escondido, y los muchachos no tienen más remedio que reconocer el colmillo retorcido del viejo lobo de mar al que no pueden engañar porque...

"Cuando tu vas por la leche, yo ya vengo con los quesos..."

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