Cuando éramos niños, escuchábamos una palabra que nos intrigaba y que servía para describir a personas, niños o adultos que iban por la vida sin ganas de nada. No se aplicaban en las cosas de la escuela, no se aplicaban en su centro de trabajo y si estaban en casa abandonaban su labor para quedarse dormidos hasta en donde estaban sentados. Lo mayores decían: Está anémico. Tiene anemia… Inmediatamente, entraban en acción las recetas caseras donde las abuelas llegaban con yerbas y alimentos para engrosar la sangre, que era la que estaba debilitada.
La anemia es la falta de glóbulos rojos en el flujo sanguíneo y generalmente se recurre a medicamentos, yerbas o alimentos ricos en hierro, que es la vitamina mineral que ha fallado.
La anemia era causada por una mala alimentación o por pérdida de sangre en heridas casuales o en los padecimientos menstruales en las mujeres. Poco a poco se perdía la sangre y el resultado era la pérdida de energía como un aspecto fiel de la anemia.
Al enfermo se le hacía comer lentejas, frijoles, chícharos y caldo de habas pues se consideran alimentos ricos en hierro. Así mismo, llegaban a su mesa las acelgas, espinacas, los berros, quelites, verdolagas y otras verduras más.
Se le preparaban tecitos de palo de Brasil, corteza de nogal, salvia, zarzaparrilla y hasta había un tónico preparado en casa para combatir la anemia. Se preparaba con dos cucharadas de palo de Brasil, dos cucharadas de quina, cinco corazones completos de nuez, dos cucharadas de canela, una cucharada de hoja de nogal, y piloncillo al gusto.
Se hervían dos litros de agua y cuando estaba en plena ebullición, se agregaban todos los ingredientes y se dejaban hervir por cinco minutos. Luego de apagar, se dejaba reposar por veinte o treinta minutos para luego colar retirando todo, menos los corazones de nuez que se vacían otra vez en el líquido. Se acostumbraba prepararlo todos los días y beber un litro diario.
En unos cuantos días de tomar disciplinadamente este tónico casero, la anemia había desaparecido.
Actualmente, estas recetas poco se ven por los hogares pues si lo que se necesita es hierro, acuden a comprarlo en la farmacia y asunto arreglado. Pero tal vez, la pobreza o en algunos casos, la lejanía de la civilización nos obliga a que todavía se sigan preparando estos remedios caseros que harán inmortal a la medicina nativa.
Norestense fue desarrollado en Drupal