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SI SE MURIÓ: FUE EL DOCTOR

Desde mis tiempos de estudiante, un viejo maestro nos enseñó que la soberbia personal entre algunos padres de familia, jamás les permitiría reconocer mérito alguno para el profesor de sus hijos. Si el niño tenía altas calificaciones, dirían: _“es que en mi familia todos hemos sido muy brillantes. Desde los abuelos de mi hijo, siempre hemos tenido las mejores calificaciones...” –Pero si el niño resultaba de bajo aprovechamiento, despistado, rebelde o hasta majadero, eso era
harina de otro costal... ¡El profesor tenía la culpa...!

Si había una mala cosecha: “La semilla que nos vendió el Gobierno era mala; por eso se emplagó de insectos y mala hierba...” Pero si se daba una buena cosecha, “fue gracias a la procesión que encabezó el santo y el padre de la parroquia...”

Si mi misión resultó un éxito, fue gracias a que estoy preparado para estas cosas... Pero si fue un fracaso: Fueron los tontos que me pusieron de ayudantes...

Si la escuela marcha bien: el director se sube a un pedestal y se pregona como uno de los próceres de la educación; como el
mero mero, como el no hay más, casi casi como el Pípiripau. Pero si los grupos se desordenan, las asambleas no son lucidas y si exámenes y resultados no se tienen a tiempo: entonces, son los profesores que me mandaron; porque
ya no los hacen como antes.

“Si se salvó fue la Virgen; si se murió fue el doctor...” Este dicho popular refleja a todos aquellos que niegan a capa y espada los méritos ajenos y buscan siempre tapar las culpas que a él tocan. Decía mi santo padre:
cuando la partera es mala, le echa la culpa al trasero. Si el pan salió duro: es que me trajeron leña de huizache en vez de mezquite. Si la placa se colgó cuando retiraron la cimbra: es que cuando se vació, la luna estaba tierna... Si la reparación del carro quedó mal: es que mi ayudante no siguió mis instrucciones... Si mis hijos son malandrines: es que la culpa la tienen los hijos del vecino con que se junta. O, repitiendo el refrán...

“Si se alivió, fue la Virgen; si se murió fue el doctor...”

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