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AUGURIOS DE AMOR

Buscar la respuesta a nuestras incertidumbres amorosas en la adivinación o en señales que nos rodean es práctica muy antigua entre nuestros pueblos. Cuando no vemos claras manifestaciones de que nuestro sentimiento es correspondido, hemos de echar mano de mil artefactos y haceres supersticiosos para despejar nuestras dudas.

DESHOJANDO MARGARITAS...

“Me quiere... No me quiere... Me quiere... No me quiere...” ¿que niño o adolescente no jugó alguna vez este inocente juego de amor?

Uno de los mitos románticos más socorridos de todos los tiempos es el ir pétalo a pétalo, deshojando una margarita repitiendo esas palabras o agregando aquellas de “mucho... poco... nada...” Si el último pétalo cae en “mucho...” ya se podía saltar de contento por la respuesta favorable. Si el vaticinio fue adverso, bueno, podemos seguirlo intentando en cuanta flor nos encontremos al paso: _ No me quiere… Me quiere... mucho... poquito... nada... No me quiere... En alguna de tantas flores habremos forzado al destino y encontrar la respuesta anhelada.

SAN ANTONIO

La imagen de San Antonio es la más socorrida por las mujeres casaderas que ven con desesperación que no llega el hombre con el que han de compartir el resto de su vida.

Cuando han perdido una relación que desean rescatar, ponen la imagen de este santo, de cabeza, junto a la foto del novio hasta que llegue la reconciliación. Si desean noviazgo con algún prospecto, escriben su nombre en un papel y lo ponen junto al santo de la posición incómoda, hasta que el muchacho se fije en ellas y se les declare.

Es común en los pueblos norteños ver por los patios de las casas al San Isidro o al San Antonio de cabeza cuando están padeciendo una larga sequía; pues de esta manera, están elevando su petición al Cielo.

¿Se perdió un objeto y desea encontrarlo? ¡A poner el santo de cabeza! Tal parece que es San Antonio el más castigado de los santos del Cielo pues cada vez que alguien le pide un deseo, con esta tortura lo obligan a concederlo. Si a mí me pusieran de cabeza, en unos cuantos minutos concedería hasta lo que no tengo.

¡Pobre San Antonio!

EL EXTREMO DE LA MESA

Una de las tradiciones más populares, tanto en el agro como en las ciudades, es que en cualquier reunión familiar o social, los solteros con esperanza buscan no sentarse a cualquiera de los extremos de una mesa rectangular, pues se cree que los que ahí se acomoden permanecerán solteros hasta su muerte.

LAS TAPAS DEL PAN

“Las tapas del pan son como las suegras; nadie las quiere...” Este dicho popular nos habla de que al compartir una barra de pan, nadie quiere comer cualquiera de las tapas de los extremos por considerarlas de mala suerte o desagradables; sin embargo, en otras partes del país se considera afortunado en el amor quien acostumbre comer regularmente estas piezas.

AMOR, MAGIA Y AGÜITA DE CALZÓN

Se dice por nuestros pueblos, que la mujer tiene en la orina el más poderoso filtro de amor; y si se da a beber una gota de sangre menstrual diluida en agua o refresco, será la pócima más potente. Poner a remojar un calzón de mujer, sucio, con los restos de orina secos, concentrados; poner el agua toda la noche a serenar y al día siguiente darla a beber al hombre deseado, es la fórmula para hacer caer en amores a cualquiera que se desee hechizar.

Buen cuidado tengan, señores, cuando amablemente una suspirante dama les ofrezca una limonada; no vaya a ser que acaben casados sin saber porqué...

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